Descendiendo las 22 escaleras
en silencio y meditativo
husmeando los secretos
que silencia sus entrañas.
En búsqueda del Dragón
flamígero que muerde con
sus fauces a su propio rabo,
hermano que engendra
la fuerza de lo que se alza
y bendice desde las profundidades
cada cosa que existe en la tierra.
El mago es quien conoce
el secreto que se oculta.
El silencio será su propia voz
y renacido tras conocer
los cuatros elementos.
Su alma es puro como el fuego,
fuego son los dioses
y solo siendo fuego
se puede mantener la mirada,
el osado que no lo haya
hecho se consumirá en llamas.
Para purificar su alma
tuvo que entrar en el reino de Hades
y con el martillo de Hefesto
golpeó la materia y purificó el metal.
En siete reinos infernales
forjó un tesoro divino,
en que cada martillazo
se liberaba de escoria
Sus vestidos y delantal
eran de plata turbia.
Se liberó en cada reino
de cada vestido lunar.
En el último reino
Se sintió liberado
su cuerpo era como la pluma.
Entonces pudo presentarse
ante Anubis y pesar
con la pluma su propia alma.
Entonces se sintió ligero
y su espíritu levitó
al reino del Sol y no sufrió
como el buen Dédalo
y no fundió sus alas.
Siete palacios visitó
Durante siete días
Y fue vestido con siete
vestidos de oro.
Entonces se encontró
en el palacio del
Anciano de los Tiempos
Rodeado de una corte
de ángeles sagrados
con espadas ígneas
y trompetas áureas.
El hombre humildemente
se postró y encontró la luz
y el conocimiento del Mundo
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